La hormiguita que tenía una cabeza muy grande


Autora Marta Guerrero Díaz  
Facebook, Grupo “Los mejores cuentos cortos” Publicado el 12 de agosto de 2011
Érase una vez un hormiguero en un prado de flores. Dentro vivían muchas hormiguitas que salían cada día a buscar la comida. 
Un día nació una hormiguita algo distinta a las demás. Tenía la cabeza muy, muy grande. Mientras fué pequeña hizo algunas excursiones al prado a ver las flores y a  aprender a buscar alimento. A la hormiga le gustaba mucho estar en el prado, poder subir a las flores y provar su dulce polen. 
Pero la hormiguita creció y con ella su cabeza. Tan grande era ya su cabeza que no le cabía por la salida del hormiguero y la pobre hormiga no pudo salir. Se puso muy triste. Dentro del hormiguero también tenía bastantes dificultades para moverse; todo era estrecho para ella. Algunas  compañeras se enfadaban con ella cuando no podían pasar por los túneles y empezaron a tratarla mal. Tan mal se sentía la hormiguita que decidió quedarse en un rincón callada y sin molestar. 
Pasaron los días y la hormiguita se puso muy enferma. Sus compañeras estaban preocupadas y se reunieron para pensar en una solución. Decidieron hacer un hormiguero más grande donde la hormiguita de gran cabeza se pudiera mover bien. Pronto empezaron a trabajar, día y noche durante muchos días. Cuando acabaron estaban muy cansadas. Pero al ver a la hormiguita saliendo otra vez al prado se sintieron tan felices que hicieron una fiesta para celebrarlo. 
La hormiguita se sintió muy agradecida y  a partir de aquel día trabajó mucho para ayudar a sus amigas. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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