El amo de la Luna


Extraido de MATEMÁTICAS 1.° ESO MATERIAL FOTOCOPIABLE © SANTILLANA EDUCACIÓN, S. L.

El amo de la Luna

Johan Müller Regiomontanus nació en Königsberg en 1436 y murió en Roma en el año 1476.
Fue un niño prodigio y con tan solo 16 años acabó sus estudios en la Universidad, si bien no obtuvo su título hasta haber cumplido los 21 años por motivos legales.
En la universidad tuvo como maestro a Peuerbach, por cuyo consejo adoptó el uso de los números arábigos, que utilizó en sus tablas trigonométricas. Tras viajar por Italia y estudiar a los autores clásicos, regresó a Alemania e instaló una imprenta de su propiedad con la que quería difundir las teorías de Arquímedes, Apolonio, Herón, Ptolomeo…, pero esta obra se vio truncada por su repentina muerte, a los 40 años de edad.



Regiomontanus fue el matemático más influyente del siglo XV, y una de sus aportaciones fue separar la Trigonometría de la Astronomía, y estudiarla como ciencia independiente en su obra De triangulis omnimodis.
Se cree que otra de sus obras, Ephemerides, que describía los movimientos planetarios, fue utilizada por Cristóbal Colón en la conquista de América, ya que con ella pudo predecir un eclipse de luna el 29 de febrero de 1504, cuando se encontraba varado en la isla de Jamaica, esperando ayuda de La Española, y que gracias a esa predicción pudo evitar un motín y hacer que los indígenas siguieran aprovisionándoles de comida y agua a él y a su tripulación.



EL AÑO CERO

Extraido de ■ MATEMÁTICAS 1.° ESO ■ MATERIAL FOTOCOPIABLE © SANTILLANA EDUCACIÓN, S. L. ■

El año cero 

Dionisio el Exiguo fue un monje que nació a finales del siglo V y murió a mediados del siglo VI. De origen armenio, fue abad en un convento de Roma y destacó intelectualmente en su época, por lo que recibió el encargo, por parte del Papa, de unificar en el calendario la fecha de celebración de la Pascua en el mundo cristiano. Al investigar y fijar las fechas de celebración de las fiestas de Pascua, que es la festividad más importante de la religión cristiana, no tomó como referencia la fecha de la fundación de Roma, sino la del nacimiento de Jesucristo, que él mismo dató en el año 754 a.u.c. (ab urbe condita) de la fundación de Roma.

Esta fecha y el nacimiento de la era cristiana recibirían el apoyo definitivo por parte de Carlomagno, más de dos siglos después, al fechar los documentos oficiales contabilizando los años desde entonces. En cuanto a la polémica surgida en torno al año cero, hay autores que afirman que no existe el año cero porque, en esa época, en Europa no se tenía conocimiento del cero. Ciertamente no se conocía el cero a nivel operativo (como elemento neutro para la suma), pero sí se tenía constancia de su significado, y así se recoge en escritos de la época con la palabra latina Nullae, que significa «nada». Por tanto, lo que realmente no existía no es el cero, como acabamos de ver, sino los números negativos; de hecho, no se hablará de años antes de Cristo en el sentido de número negativo hasta el siglo XVII.

Así, en el siglo V, el año anterior al año 1 d.C. no era el año -1, sino el año 753 a.u.c. El criterio de la ordinalidad de las fechas es plausible en el sentido de que explica, no solo la inexistencia del año cero en la era cristiana, sino por qué los árabes tampoco tienen año cero, aunque en el siglo VIII ya operaban con el número cero, procedente de la India, y no sería extraño que lo conocieran a finales del siglo VII, cuando se instauró el calendario hegiriano (la Hégira tuvo lugar en el año 622 d.C.).